Un \"adiós\" para el milagro trunco,
aquel sueño
donde plantábamos migajas por semillas.
Un \"adiós\" para la luz sin rumbo
que por un instante iluminó las lejanías.
Hoy el día, si cabe,
empobrece más -todavía- su discurso,
pues no hay palabras que al decirse salven
el sueño perdido de un lustro sin lustro.
Un \"te extraño\" a los sinceros
acordes quietos de un cantar ingenuo
que entremezcló en su sangre
la soledad errante;
un \"adiós\" y un \"adelante\"
para el amor sobrante
que quedó sin dueños.
Y no lo sé, ni lo sabemos
ni importa ya más, pues no estamos,
pues ya nos fuimos
y al irnos, oh corazón,
al irnos ya no volvemos.
Se tragará el tiempo los pardos agujeros
y un silencio patidifuso
llamará un día por la mañana
para fingir una voz cansada
y algunas frases de poco uso
como \"lo siento si no te quiero\".
Por eso un \"cuídate\" a los festejos
de dos corazones que nada sabían
un \"mucho gusto\" a las hidalguías
que al cabo poco que nos valieron.
Adiós a ti, mi flor de fuego,
adiós a todos, aunque a ninguno,
adiós al tonto Julio 21,
nadie me dijo qué sigue luego.