Carlos Eduardo

NI IDEA ----

 

Nos despedimos como amigos,

poco o nada había que hacer,

la magia terminó,

retornaba a mi centro.

 

Con el tiempo,

me surgieron las dudas;

 

lo sucedido era incontable,

quería respuestas,

tendría que volver por ella,

necesitaba una versión completa,

en lo posible;

 

mi imaginación volaba,

la curiosidad me enloquecía,

tendría que relatarme todo.

 

El enigma había que desentrañarlo,

me era vital saberlo.

...

Daría la oportunidad,

ni idea ...

 

REFERENCIA:

LA MAJA DESNUDA

Leía a Maquiavelo en la terraza, la temperatura subía, apareciste esplendorosa en el césped de al lado, tendiste una toalla clara de múltiples colores, no quise evitar mirarte, mientras pausadamente te sacabas el vestido posándote a tomar baños de sol, voluptuosa, hecha a mano, me distraje largamente en su belleza; desperté de esa hipnosis, retomé \"De Principatibus\", los párrafos, llevaban a inferir la frase escrita por Napoleón \"el fin justifica los medios\".

Ese largo verano se me hizo breve, ya sabía de memoria su cuerpo de odalisca dorada.

Una noche llegaste a mi casa, reías cristalinamente, amorosamente, conversamos de mil cosas; no nos preguntamos los nombres, pero era seguro que tú sabías dónde estaba yo con mis libros en los momentos de tu desnudez; me contaste que diariamente caminabas por la playa, que también deseabas sentir los rayos en la terraza.

En la mañana temprano me senté en un banco de madera en la costanera, ahí en la arena se divisaban tus cosas, pronto divisé tus contornos acercándose, te vestiste y volvimos charlando alegremente; subimos a la terraza, advirtiéndome, puedes mirar, pero no tocar, sonreí retirándome, diciendo quedamente, qué martirio, qué tortura, agregué hoy termina el verano, desde mañana voy a estudiar, alejándome escuche: yo también.

Al despedirnos, le dije me llamo tal...

LA MAJA VESTIDA

Transcurrieron 2 años desde cuando nos despedimos; mi casa estaba cerrada, quería olvidarla; no obstante, ese día iba de una librería a otra, de repente en la calle me llaman, ¡eras tú!, corro a abrazarte, mis manos quedan vacías; pienso, ¡estoy alucinando!; vuelvo a casa, abro cortinas y ventanas, me recojo en el sofá; pasarían, minutos, horas, no sé, suena la campana en el zaguán, me asomo, ahí estabas, haces un gesto y yo otro para que entres, me miras y rompes en risas, yo en cambio digo, ¡estoy delirando!, ella dice, ¡no!; te voy a contar, estoy de visita en este mundo, inmunizada al roce de los seres vivos, una suerte de holograma o realidad virtual para ti, si me materializara en un 100 %, paso a ser una más entre ustedes, con desventajas letales, ...

EL DILEMA

Continuaste, por ejemplo, podría verme afectada por virus, bacterias, bacilos, picaduras, ... para que decir con los papeles de identificación y de todo tipo, ... comenzarían los problemas económicos, culturales, morales, ... transmitiría mi propia flora microbiana para la que no están preparados, intentarían llevarme de retorno los de mi especie, ...

Quedé abrumado por unos instantes, luego reflexioné, quizás, has omitido lo más importante, qué sería de nuestra amistad, podrías acostumbrarte, cómo sería la vida en común si es que me aceptas como amante, en realidad, ignoro todo de ti, de dónde eres e infinitamente más; no obstante, ¡me trastornas!...

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