Fuiste, infancia, el tesoro
ignorado y perdido.
Hoy veo entre lágrimas
tu blanca estela en el río.
Días que eran juegos.
Voces que eran armonía.
Sonrisas que eran camino
y eterna la vida.
Mientras dure el recuerdo
con su pálida llama
sabré mi corazón vivo
ardiente de nostalgia.
Fuiste un instante, infancia
que sonriendo recuerdo al llorar.
Miro tu aurora alejarse
sobre mi triste soledad.