Esclavo de mis indecisiones,
resulto a veces, sin premeditación,
cuando mi alma sin piedad
me sumerge en mis calores...
¿Por qué parece que existo,
cuando en realidad soy nada?
¿Por qué mi turbación no está desvanecida?
Se materializa y yo soy nada...
¿Por qué mi miedo, insisto,
toma forma imprevistamente?
¿Por qué si soy nada?
¿Por qué a morir me opongo...
por qué si soy nada?