Tal vez no era el día
pero la obligación llama,
la sensación era como una letanía,
de un tiempo pasado que volvia ese dìa.
Se queria huir erráticamente
el escapismo estaba en esa mente.
Un si, pero no
Incoherencia...
Los pasos eran autónomos....robóticos
no respondían a un deseo sino a una obligación.
El bondi llego
a èl se subiò
La distimia borrò
toda asociaciòn
de sentimiento y corazòn
El autòmata actùo
y la obligaciòn ganò
En la llegada sostuvo
la apatìa lograda,
a merced de
un mar de gente
atiborrada.
Solo la incomodidad surgiò
desde la profunda verdad
del ser abandonado
a un destino no calculado
sino robotizado.
Hacia el tren mirô
y hacia el se dirigiò.
Con la esperanza de que el mal trago
no le quedara atragantado.
El tren tardò, y en el sol aprovechô,
en esa tarde invernal
para que no pareciera tan fatal,
la espera en esa terminal.
La tensa espera terminò
y una espesa muchedumbre se junto,
agolpados todos esperando para subir
en ese enjambre se integrò,
luchando por un lugar y un asiento lograr.
El tren destartalado
fue el sumun de la experiencia.
Viejo tren, el mismo tren de antaño,
nada habia cambiado
ni sus asientos,tiesos, cristalizados, grises...
ni su encuadre, ni sus pasajeros, ni su traqueteo.
Al destino llego, y la nada se le presento.
Acaso no recordaba el lugar?
O solo lo ignoraba para no llegar?
El descampado le devolvio un viento gèlido a su alrededor.
Anunciando su dolor e insatisfacciòn.
Por fin renunciò a su obligaciòn,
la vision de un obnibus le devolvio el latido a su corazòn,
la ilusiòn de regresar le calmo la ansiedad,
le pareciò su salvaciòn aquel brillante rodado
de atrayente dorado.
Le hizo señas y subiò, ya atardecìa, la temprana oscuridad llegaba,
y las làgrimas incontenibles derramaba.