Despierto, por una alarma que porta
tu nombre
En ese silencio, que no es tuyo, ni mío
sino ajeno
Cuando el dormir no es descanso, sino
utopía
Y una fragilidad en el corazón, aún siendo
hombre.
Miro tu figura, y estás tan cerca, cerca de
mi mano
Se levantan tus pechos y descienden a
través de un suspiro
Hay un idioma silente que sale de tu lecho
Es tarde, y quisiera que jamás fuera temprano.