Un día llegó la muerte
y entró por las ventanas.
Abatió la puerta en silencio
y empujó hacia atrás el alba.
La noche se hizo más noche
y la luna fue apagada.
La casa quedó desnuda y fria
y la sala se mojó de lagrimas.
Todo es pasado sin presente,
el tiempo no corre ni pasa.
La lluvia ya no hace ruido
y el viento no sopla ni calla.
Un día llegó la muerte
y se olvidaron las palabras.
El eco trajo el sonido
de unas bocas que no hablan.