Carlos Eduardo

Construyendo un mundo nuevo

 

Llegó a través de la ventana abierta,
sí, permanecí meditando, lo dije
como adivinando su pensamiento; 

por favor escúchame:

Quisiera transformarte,
¡no!;

propongo que mientras permanezcas aquí,
estés bajo este techo,
sin cadenas, libre,
permitiendo conocernos,
saber de tus gustos, tus fantasías, 
de tus secretos,

Quizás podríamos resolver 
las difíciles ecuaciones del amor,
demostrar sus teoremas,
comprender sus derivadas,

Sería un juego,
tan serio,
como el de los niños,
momentos eternos,
infinitos, melodiosos,
alegres, fantásticos, …

El vals de los sueños,

Callé, esperando sorprenderla… 
Te llamaré Tiffany, sonreí …
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Los segundos me supieron a horas,
finalmente, dirigiéndome la mirada,
saco un papelito del escote,
olía a fragancias divinas,
dijo:

Te invito
a construir un mundo nuevo
en un valle sagrado (*),
con la magia que me han dotado,
seré tu guía y compañera,
-desplegando el mapa-,
ahí está la eterna primavera,
sin pausa, en paz, liberados,
iremos cada uno relatando espontáneamente,
lo que nos venga en gana,
sin angustias, premuras, desconsuelos,
animados, contentos, …

Contigo me siento viva,

seré tu Isolda.

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(*) Vilcabamba, Ecuador

 

REFERENCIA:
LA MAJA DESNUDA
Leía a Maquiavelo en la terraza, la temperatura subía, apareció esplendorosa en el césped de al lado, tendió una toalla clara de múltiples colores, no quise evitar mirarle, mientras pausadamente se sacaba el vestido posándose a tomar baños de sol, voluptuosa, hecha a mano, me distraje largamente en su belleza; desperté de esa hipnosis, retomé \"De Principatibus\", los párrafos, llevaban a inferir la frase escrita por Napoleón \"el fin justifica los medios\". 
Ese largo verano se me hizo breve, ya sabía de memoria su cuerpo de odalisca dorada.
Una noche llegó a mi casa, reía cristalinamente, amorosamente, conversamos de mil cosas; no nos preguntamos los nombres, pero era seguro que sabía dónde estaba yo con mis libros en los momentos de su desnudez; me contó que diariamente caminaba por la playa, que también deseaba sentir los rayos en la terraza.
En la mañana temprano me senté en un banco de madera en la costanera, ahí en la arena se divisaban sus cosas, pronto divisé sus contornos acercándose, se vistió y volvimos charlando alegremente; subimos a la terraza, advirtiéndome, puedes mirar, pero no tocar, sonreí retirándome, diciendo quedamente, qué martirio, qué tortura, agregué hoy termina el verano, desde mañana voy a estudiar, alejándome escuche: yo también.
Al despedirnos, le dije me llamo tal...
LA MAJA VESTIDA
Transcurrieron 2 años desde cuando nos despedimos; mi casa estaba cerrada, quería olvidarla; no obstante, ese día iba de una librería a otra, de repente en la calle me llaman, ¡eras ella!, corro a abrazarte, mis manos quedan vacías; pienso, ¡estoy alucinando!; vuelvo a casa, abro cortinas y ventanas, me recojo en el sofá; pasarían, minutos, horas, no sé, suena la campana en el zaguán, me asomo, ahí estaba, hace un gesto y yo otro para que entre, me mira y rompes en risa, yo en cambio digo, ¡estoy delirando!, ella dice, ¡no!; te voy a contar, estoy de visita en este mundo, inmunizada al roce de los seres vivos, una suerte de holograma o realidad virtual para ti, si me materializara en un 100 %, paso a ser una más entre ustedes, con desventajas letales, ...
EL DILEMA
Continuó, por ejemplo, podría verme afectada por virus, bacterias, bacilos, picaduras, ... para que decir sin papeles de identificación y de todo tipo, ... comenzarían los problemas económicos, culturales, morales, ... transmitiría mi propia flora microbiana para la que no están preparados, intentarían llevarme de retorno los de mi especie, ...
Quedé abrumado por unos instantes, luego reflexioné, quizás, has omitido lo más importante, qué sería de nuestra amistad, podrías acostumbrarte, cómo sería la vida en común si es que me aceptas como amante, en realidad, ignoro todo de ti, de dónde eres e infinitamente más; no obstante, ¡me trastornas!...
N’idea
Nos despedimos como amigos, poco o nada había que hacer, la magia terminó, retornaba a mi centro.
Con el tiempo, me surgieron las dudas; lo sucedido era incontable, quería respuestas, tendría que volver por ella, necesitaba una versión completa, en lo posible; mi imaginación volaba, la curiosidad me enloquecía, tendría que relatarme todo.
El enigma había que desentrañarlo, me era vital saberlo...
Daría la oportunidad, n’idea ...
A 10 años luz
No tuve que buscarla, en vacaciones de invierno, tenía abierta la puerta, me sorprendió descansando plácidamente, nos miramos con complicidad sonriendo; comenzamos a charlar como si hubiésemos estados presos en una celda solitaria, las horas avanzaban vertiginosamente.
Le hice saber mis inquietudes; se levantó, trajo agua y dos garzas, estaba exquisita como de vertiente, habló: Partimos un 1° de junio aterrizando aquí exactamente en un día como hoy hace 5 años, fui seleccionada entre varios participantes, me implantaron diversos chips aumentando las capacidades, tuve un largo entrenamiento, debía recargarme de energía, los baños de sol son una de las formas, beber líquidos para así mantener la temperatura controlada.
Yo había nací y viví en un planeta gemelo al vuestro siendo parte de un sistema de características similares al solar, que está a 10 años luz por delante de ustedes en la misma trayectoria de rotación, en fin, mañana seguimos; hasta el próximo encuentro, me llamo Jennifer dijo cerrando la puerta…
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