Tan sólo te ví en sueños,
nunca pude acariciar esa carita que se repite en mi mente y endulzan mis sentimientos... Te escribo cada noche y el silencio me envuelve cómo si quisiera presentarnos pero no puede... No logro comunicarme contigo, porque tan siquiera sé de tu existencia, o si solamente eres un anhelo... O un dulce sueño..
Cuando duermo... en mis sueños.. Paseo contigo por alguna playa desierta, al amparo de la luna que ilumina tu belleza,
las olas rompen y nos salpican, llenando de frescura cada instante, rebosante de la dicha que nos alimenta.
Cuando duermo... Veo un océano de personas borrosas y entre todas, observo con nitidez tu sensual figura, manifestándose y brotando, cómo la flor que crece entre los terrenos más áridos... Entre la muchedumbre tu eres la mansedumbre que reconforta mi mirada, te muestras y te revelas, con mucha seguridad...
Ignoro si moras cerca o en la lejanía, pero tan cercana te siento... Que se esfuman las épocas, las temporadas y las estaciones del tiempo.
Al escribirte estas palabras, no hallo la forma ni la manera de que por tí sea recibida, pues no conozco tu calle, tu casa o tan siquiera por dónde caminas..
Pero durmiendo, te llamo, sin pronunciar tu nombre y tú te presentas enseguida... ¿Cómo no amarte, quererte, si formas parte de mi vida?... En mis sueños te encuentro y soy feliz muchas veces pienso en no despertar para no alejarme de ti..
Tal vez, quizás, el destino haga una de las suyas...
Porque amarte, así cómo yo te amo... ¡Jamás amaré a ninguna!