Hay lluvias recurrentes, temporadas de sequía
indiferencia, angustia, misericordia hacia la vida.
Se reza por las mañanas para continuar el día,
una oración arriesgada para que se sobreviva:
A las condiciones inciertas del duelo
donde nadie sabe del sufrimiento.
A la apariencia donde no me visto de negro porque te honro,
sino porque otro color parece demasiado pronto.
Hay días de descanso, donde mi piel transparente extingue la alegría,
y es entonces que pueden verlo.
Y pueden señalar mi resentimiento como un suceso huraño,
un desastre natural del desenfado.
Así es el lugar desde donde te extraño.