Ah, me había olvidado del árbol de los amores...
Me ganó la añoranza y tomé la vereda un tanto perdida entre la maleza y allá a la distancia contemplé su copa, mi grande sorpresa, ahí estaba ella, cubierta de sombra del tupido árbol, pero su silueta era inequívoca, sus curvas perfectas. Pienso que me vio, pues alzó sus manos como jugueteando, como ofreciendo un abrazo. Era una chiquilla saltando y girando cual si pretendiera atrapar algún rayo que el sol disparaba entre aquel ramaje, sus senos bailaban en sensual movimiento, sentí los toques eléctricos en todo mi cuerpo y una sensación de calor inundó mi ser, me pregunté si sería posible aquel atardecer alcanzar su cuerpo? Apresure mi paso y en algún momento, inesperado tropiezo casi me hizo caer, levanté la mirada y me invadió la tristeza, aquella bella mujer, ya no estaba, busqué su silueta, pensé, se ha escondido detrás de aquel tronco grueso por los años, más no pude hallarle, su sombra, se perdió en la sombra de aquel viejo árbol; me dio un desespero, que se hizo angustia y una lágrima amarga recorrió mi tez, luego, poco a poco me fui consolando y me dije: quizá en otro sueño la logre tener.
(VOZ DE TRUENO)