José Ángel Pineda

Secretos de la piel

Besarte los huesos de la calma,

donde las llamas se dispersan

en gritos, que se escuchan en versos

diversos, ecos, ecos, ecos, ecos…

chocando en el pensamiento de las rocas,

Perdiendo sin uniones, las sonrisas

del fracaso.

Desaparecen las prisas

como lúgubres fantasmas

por el hambre...

Abunda la miseria, abunda

el llanto…

Más no los puedo ver....

me quedé mudo en el desierto

Y me quedé viendo como pasa el concierto,

el concierto uniformado.

Espero, sólo espero…

que se encienda el misterio...

El secreto de tu piel,

está en los dedos de mis ojos,

que escuchan lo susurros

en los espacios donde yacen los muertos

ofrecidos, y ofertados en la corona

de los labios del deseo.