Mi alma se aflige como en los salmos de David. No me desampares señor, si yo siendo cualquiera no me abandonas porque a tu hijo, heredero de todo, si. El dijo muchas profecias y todas se cumplen de derecha a izquierda. Derramó sangre hasta el cansancio, en el silicio de nuestro cuerpo el fue entregado. Isaias lo dijo. Y yo me pregunto: ¿ Cuanto mas sufrire yo que soy uno mas? ¿Que poder tengo si él con el dedo de Dios saco a los demonios de las personas? Ayudame y no te olvides de mis suplicas! Mi cama va pesando este cuerpo cada vez mas maltratado. Pero como una flor hermosa de petalos imposibles renacera mi alma y te cantare hasta que el suelo tiemble en la garganta. Gloria sea a Dios y al cordero.