Una sonrisa
te pido, de regalo,
en este día.
Haz que mis labios
se plieguen y susurren,
pronto tu nombre.
Y es que te veo
que pasas con tu vuelo
por mi ventana.
Hoy tú madrugas.
Te muestras revoltosa
y juguetona.
Quizás anuncias
la marcha de estos días
de primavera.
Se irá apagando
la luz y el colorido
muy lentamente.
Vendrá el verano,
jornadas de calores
y de sequías.
Te buscaré,
lo sabes, como siempre,
por los senderos.
Y tu sonrisa
será, si tú me dejas,
mi talismán.
Ya que con ella
se alegran mis pupilas
y cobran vida.
Vida contigo,
mi linda mariposa,
¡nunca me dejes!
Rafael Sánchez Ortega ©
20/06/23