Una oración
escapa de sus labios
hacia los cielos.
Afuera llueve
y todo está cubierto
por gruesas nubes.
Está dormida,
parece, la mañana
y no despierta.
Un manto gris
impide que amanezca
profundamente.
Hierbas mojadas,
rosales sorprendidos,
destilan agua.
Y mientras tanto
tú sales hasta el porche
y lo ves todo.
Día y domingo
de fin de primavera
y de ilusiones.
Día indeciso
con sueños y deseos
que aguardarán.
Será otro día,
quizás, tal vez, mañana,
cuando se cumplan.
Pero vendrán,
de nuevo, mariposas,
hasta tu lado.
Y tu sonrisa
saldrá con un suspiro
a recibirlas.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/06/23