Nada mas tierno que sutil poeta
que hilvana sueños con hermosa dama;
pintando en versos su febril silueta
donde sus gracias con fervor reclama.
Borda en sus letras el mirar ansioso
de aquellos ojos de pupila ardiente;
que son fontana de caudal glorioso
donde se nutre su pasión ferviente.
Piensa en el vaho de su fresco aliento
libando el néctar de su roja boca;
y vive en rimas el feliz momento
de esos delirios que el amor provoca.
Ser de sus formas abnegado amante
es de sus días el perenne anhelo;
y busca siempre, con afán constante
entre sus brazos conocer el cielo.
Suena en su numen la celeste lira
que a dulce Psique le ofreció Cupido;
con ese arpegio que ansiedad transpira
y hace del alma su apacible nido.
Soberbio canto de sublime nota
pinta fogoso su voraz deseo;
con esa fuerza que en su pecho explota
cuando imagina su sensual jadeo.
Se oye en sus coplas magistral suspiro
do parpadean soñadoras lumbres;
que emiten rayos de color zafiro
que lo transportan por excelsas cumbres.
Esos poemas que genera su estro
son de ilusiones ostentosas alas;
y con su temple soñador y diestro
teje quimeras de lucientes galas.
Autor: Aníbal Rodríguez.