Siento que las falanges de mis manos toman la pluma con temblor.
¿Qué acaso debo caer en derrota?
Un poema no muere ni el autor.
Porque las escribe con la tinta de su sangre gota a gota.
Porque le dan vida los ojos del lector, y el alma de pocos se agota.
¡Soy poeta!, cómo un guerrero, siempre desenfundo mi espada cuyas letras llevan filos cortantes de penas y alegrías.
El corazón de caballero no lo puedo evitar, no puedo desenfundar si no hay pasión en lo que voy a plasmar.
Quizás no viva de las expresiones de mi alma, en el papel de mis expectativas.
Y las críticas mal intencionadas también me sean esquivas.
Cada verso leído no intercambia una moneda, por obvias razones.
Pero que gozo hay al saber que tocas música en los corazones.
¡¿No sé Uds?! Pero no hay abrazos más calurosos, cómo los que recibo cuándo leen lo que he escrito.
¿Quizá no saben lo que digo?
Y si aún no lo han sentido ¡Háganlo, les invito!
¿No sé lo que es el arte nato?
Pues para lo que escribo soy un novato.
Soy un artista porque amo este arte, así me lo dijo mi padre y nada me hará cambiar de opinión, son melodías cuyas palmas golpean al ritmo del cajón.
Mis letras algunas veces lloran de impotencia, otras de felicidad ríen. Hay sarcasmo y fantasía, todo junto a la melancolía de un romanticismo que es mi locura todavía.
¡Quizá no es fácil de entender!
Pero a todo lo demás prosigo a la meta.
Quiero ser de esa estirpe, que llaman poeta.
Autor: Jeyson Barreto
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Trujillo-Perú