RICARDO V

Mi callada Margarita

En lo más hondo del pensamiento

tengo una margarita callada,

está dormida, como en un cuento,

la guardo como si fuera mi alma.

Es la estrella que le falta al cielo,

es la caricia de una almohada,

me da la vida, me da el consuelo

y por no decir, no dice nada.

 

Ella aparece cuando la quiero

tener presente cuando me falta,

y siempre acude, siempre en silencio,

para aliviarme de mis desgracias.

No tiene imagen, no tiene cuerpo,

es una nube de ilusión vaga

pero sin ella me siento muerto

como un marino sin mar ni barca.

 

Como una flor de perfume eterno

es quien me dirige y acompaña

cuando fustigan rachas de viento

o cuando hieren las negras hadas.

Con su presencia se espanta el miedo

y la oscuridad se vuelve clara,

cuando la busco, siempre la encuentro,

y por no decir, no dice nada.