Llevo meses evitando que mi mente vuelva a sucumbir por la misma encrucijada,
Pero aún lloro cuando recuesto mi dura cabeza en la fría corteza de este árbol viejo,
Los pequeños insectos juegan cerca de mí, pero nunca me invitan,
Somos de la misma especie, pero presiento que no,
he pensado ahogarme en ese charco que esta junto los girasoles, y se lo he dicho a mi doctor,
me receto, volar directo hacia las amapolas, dos veces al día, todos los días y así sentiré menos dolor,
pero, no deje de sentir dolor, las noches se sentían mejor, pero yo no estaba mejor,
y espere bajo la sombra de un árbol viejo a que me ilumine el sol,
y me recosté a esperar que llegué la primavera,
y si llegó, pero todos los animalitos la disfrutaron menos yo,
la primavera paso, y llegaron las tormentosas lluvias,
y yo seguía esperando recostada la primavera, mientras todos se refugiaban en los corazones de sus seres queridos,
el cielo truena y relampaguea, pero no hago nada para que las gotas de lluvia no mojen mis diminutas pestañas,
Parece que el tiempo me acaricia, pero siento que se me va,
No puedo, no sentirme mal, pero alejada del resto recostada en el viejo árbol de raíces profundas, solo puedo recordar las estaciones de primavera, mis estaciones de primavera, donde yo era tan feliz,
La lluvia ceso, pero no he buscado mi propio alimento, vivo del amor de otro pequeño insecto que me dio la vida, pero estoy tan molesta,
Mi árbol se seca, las hojas se caen, pero no busco alimentar su tierra para que las raíces de mi viejo árbol dejen de robar el agua de otros árboles,
Veo como el suelo arado de mis antecesores, me mantiene con vida, ¿pero por cuanto tiempo lo hará?,
Soy un pequeño parasito en este árbol, es tiempo de aprender a escuchar, la sequía no durara para siempre,
Y cuando esta termine, por fin poder volar con mis alas semihumedas con dirección esas nubes azules, dejando que me seque esos rayitos de sol, para sentarme a comer sandia junto a mi mamá.