Desde el aljibe profundo de tus ojos,
la verdad intratable de la noche,
quebranta el latido y los sentidos,
para convertir mis manos en nubes infinitas,
que inmovilizan tus pupilas entre sábanas,
hasta abandonar mis ansias en tus senos.
Este amor de realidades inmaculadas,
que convierte en olas mis caricias,
para nacer iracundas de deseos,
y disiparse ingenuas en tu playa,
como horas interminables en tu vientre,
que despuntan fastuosas con la alborada.
Solo es verdad el beso que te colma,
como río virginal que te recorre,
desde tu pupila inocente que se cierra,
con el roce angelical que entrega el alma
hasta la locura celestial que hay en mi hombría,
cuando tu pubis virginal me estruja y ciñe.
Un mar sin cauces es tu entrega
donde mi río impoluto converge y muere
para renacer perenne como espumas
en brazos blancos que te abrazan
sobre el mar azul que me arrebata
mi pasión visceral y mi erotismo
Desde la cavidad profunda de tus ojos
este amor se transforma en bruma y niebla
hasta convertir en pasión la nostalgia
al dejar tu desnudez sobre las sábanas
descansando la ofrenda y la entrega
de tu ser de mujer, de ninfa y dríada
que olvidó el temor y el espanto
para recibir mi falo y ser doncella