El molde del universo,
fenotipo de tu belleza,
exalta con mucha certeza
el halago de un verso.
Tú piel como cielo terso,
blanca, negra y morena,
brilla plácida y serena
bajo el sol que acaricia;
tus ojos, creados de luceros,
la luz intensa propicia
a los que miran con delicia
la obra del alfarero;
tú negra y larga cabellera
tú pelo corto y rizado
inspirados en las estrellas
y del universo creado.