Ese día en que te despediste
con una delicada suavidad
fue tu cariño que me diste
al rozar mi mano de amistad.
Como saber quisieras
la emoción a mi entregada
en esa semejanza eras
un hada en esa sutil mirada.
Ahora ya recuerdo dormido
del sur el suave viento
que agita con suavidad el nido
del corazón en ese momento.