La Tregua
Emulando a Benedetti, daré Tregua a la inquietud del pensamiento,
sirviendo de consuelo, los recuerdos de bellos atardeceres otoñales;
de la magia y el engaño del poema, en prosa rimada sin argumento,
al amparo de la luna, en el silencio de una noche de mística y misterio
alumbrando el futuro, la luminosidad en noches de nostalgias vacilantes,
daré reposo a la musa inspiradora de la inquieta pluma del sentimiento
Tregua, a la inquietud que agobia de recuerdos, a la pasión deshabitada
Reposo, a la pluma arrastrada por el torbellino fugaz del pensamiento,
en suaves arenas blancas, dando tregua al alma bohemia y andariega;
cansada del hostigo de la esperanza ciega, recorre sin rumbo el sendero,
añorando las noches de vino, de música y bohemia, del ama andariega
Tregua a la cacofonía de versos alejandrinos de la inspiración cansada