Hoy, como ayer
un beso va a tus labios
desde los míos.
Y va en las alas
de aquella mariposa
que conocimos.
Fue una mañana,
andando por el bosque
donde la vimos.
Era amarilla
con alas encantadas
que subyugaban.
Nos invitó
a darnos un paseo
con nuestros sueños.
Y así lo hicimos
en medio de los bosques
hacia los cielos.
En una nube
paramos un momento
a descansar.
Y nos amamos
ajenos a la tierra
y a sus miserias.
Y es que el amor
estaba con nosotros,
mi mariposa.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/06/23