Me he sentado tantas veces solitaria
Y parece que apenas me doy cuenta
Cuántas conversaciones hicieron falta
Para conocernos mucho más
y querernos aunque fuera poco
Ésta mesa de madera parca y muda
Como los labios que la vajilla guarda
Tres veces hacían ruido sin decir nada
en el silencio sepulcral que la rodeaba
mientras afuera el giraba un mundo
y de esos retazos desperdigados
que cada uno a su manera interpretaba
frente a frente en esa mesa y juntos
de tales sucesos el otro no se enteraba
Qué diferente es ésta mesa a otras
A oras tantas en otras casas puestas
Donde hay barullo y sentimientos
Se debate, se narra y se proyecta
Y por lo menos una vez al día
Todos los miembros comparten
Abundante o escaso el alimento
Y aún así se agradece sin codicia
Cómo ha durado la madera gris
Más aún que la inocencia infantil
De quienes una vez acorralados
Entre miedos y dudas se sentaron
Mesa cuyo mantel almidonado olvida
Si alguna vez se celebró un brindis
Y poco a poco se come la polilla
Mesa que crujes ya sin esfuerzo
Y cada vez que lo haces, lloras