Lloro si estás y lloro si te has ido
y quiero los grilletes de tus brazos
al calvario y penar de mi albedrío.
¡Ay! Los amores náufragos que agitan
las descorazonadas naves que
Han perdido
en lo profundo de los mares negros
negros, su pena, su estupor, su frío.
Oro en silencio con mis labios mudos.
La Virgen de los Ultimos Amores
recogerá en el viento, mis gemidos.
Susana Suárez Cammarano.