A LA VIRGEN DE LA FUENCISLA
(de Segovia)
Ayer visité la ermita
Donde Segovia venera
A su amada virgencita
Que tiene como señera.
De hinojo ante su mirada,
He suplicado esperanza
Con lágrimas derramadas,
Y del perdón la confianza.
Al pie de la débil sombra
De un ciprés de tronco seco,
De S. Juan de la Cruz eco,
Todo el Carmelo renombra.
Bajo las grajeras peñas
Negras grajas alojadas,
Sus graznidos estridentes
Se expanden por la arbolada.
María, de Cristo, Madre,
Se reza en pequeña ermita
Bajo advocación vendita
De `Virgen de la Fuencisla´.
Goza de veneración
En Segovia, como su isla.
Toda Segovia se rinde
A sus pies con devoción.
Su admiración se enardece
Cuando en la plaza, presente,
Del Acueducto romano
A toda Segovia emplaza
Para rendir su nobleza.
Cada siete de septiembre,
Todo segoviano acude
Para implorar protección
Con inmensa exaltación,
Implorando su perdón.
Viene de tiempo lejano:
“Que acusan a una judía
De falso adulterio vano
Por casarse con cristiano”.
(Las Cantigas del rey Sabio
Recogen este prodigio):
“Desde las peñas la tiran”,
Así paga su osadía:
De la Fuencisla la mano,
La muerte truca en la vida.
El gremio de cardador
Le tiene tal devoción
Que cuida en jaula dorada
Con rejas de forjador.
La virgen de la Fuencisla
Goza de grandes honores:
Su banda y enseña luce
De capitán general.
El Caudillo la distingue
Cual de campo Mariscal.
De Segovia la provincia,
Medalla de oro congracia.
La Fuencisla es vigilante,
Puerto de entrada a Segovia,
Con arco y romano puente
Y varias famosas vías.
Por sentida devoción,
Abogada segoviana
Que, con fiel admiración,
Todas sus desgracias sanas.
Tú serás lucero y guía
Del segoviano sufriente
Que pasa la travesía
De vida casi inconsciente.
Refugio del que a Dios busca
Y esperanza del humano
Que, apoyándose en su mano,
A su Dios encontrará.
El segoviano creyente,
A sus pies se postrará
Y su aflicción expondrá,
Cual doliente penitente.
Como mujer eres madre,
Que cuida del segoviano
Desde la cuna hasta el féretro
Conducido por tu mano.
Dará consuelo María
Al de gran fe visitante
Que encontrará en su agonía
A la madre siempre amante.
Fuencisla, fuente que mana
Agua y gracias a raudales,
Aunque su agua no es potable,
Su gracia será alcanzable.
Alejandro Tejero Escribano.
(Gijón, 10-5-2018)
A LA VIRGEN DE LA FUENCISLA
(de Segovia)
Ayer visité la ermita
Donde Segovia venera
A su amada virgencita
Que tiene como señera.
De hinojo ante su mirada,
He suplicado esperanza
Con lágrimas derramadas,
Y del perdón la confianza.
Al pie de la débil sombra
De un ciprés de tronco seco,
De S. Juan de la Cruz eco,
Todo el Carmelo renombra.
Bajo las grajeras peñas
Negras grajas alojadas,
Sus graznidos estridentes
Se expanden por la arbolada.
María, de Cristo, Madre,
Se reza en pequeña ermita
Bajo advocación vendita
De `Virgen de la Fuencisla´.
Goza de veneración
En Segovia, como su isla.
Toda Segovia se rinde
A sus pies con devoción.
Su admiración se enardece
Cuando en la plaza, presente,
Del Acueducto romano
A toda Segovia emplaza
Para rendir su nobleza.
Cada siete de septiembre,
Todo segoviano acude
Para implorar protección
Con inmensa exaltación,
Implorando su perdón.
Viene de tiempo lejano:
“Que acusan a una judía
De falso adulterio vano
Por casarse con cristiano”.
(Las Cantigas del rey Sabio
Recogen este prodigio):
“Desde las peñas la tiran”,
Así paga su osadía:
De la Fuencisla la mano,
La muerte truca en la vida.
El gremio de cardador
Le tiene tal devoción
Que cuida en jaula dorada
Con rejas de forjador.
La virgen de la Fuencisla
Goza de grandes honores:
Su banda y enseña luce
De capitán general.
El Caudillo la distingue
Cual de campo Mariscal.
De Segovia la provincia,
Medalla de oro congracia.
La Fuencisla es vigilante,
Puerto de entrada a Segovia,
Con arco y romano puente
Y varias famosas vías.
Por sentida devoción,
Abogada segoviana
Que, con fiel admiración,
Todas sus desgracias sanas.
Tú serás lucero y guía
Del segoviano sufriente
Que pasa la travesía
De vida casi inconsciente.
Refugio del que a Dios busca
Y esperanza del humano
Que, apoyándose en su mano,
A su Dios encontrará.
El segoviano creyente,
A sus pies se postrará
Y su aflicción expondrá,
Cual doliente penitente.
Como mujer eres madre,
Que cuida del segoviano
Desde la cuna hasta el féretro
Conducido por tu mano.
Dará consuelo María
Al de gran fe visitante
Que encontrará en su agonía
A la madre siempre amante.
Fuencisla, fuente que mana
Agua y gracias a raudales,
Aunque su agua no es potable,
Su gracia será alcanzable.
Alejandro Tejero Escribano.
(Gijón, 10-5-2018)