Nunca es tarde, nunca es tarde,
todo llega en su momento.
Llega el sol cada mañana
e ilumina mucho el cielo
y la flor en primavera
después del intenso invierno
que se va con el verano
y el otoño ceniciento.
Nunca es tarde, nunca es tarde,
ya sabrás lo que yo pienso
que al llegar la madrugada
siempre llegará un… ¡Te quiero!
Un te quiero vida mía,
un te quiero, desde adentro,
porque vivo amada mía,
más que triste, muy contento.
Nunca es tarde, nunca es tarde
si no pierdes el anhelo
y la fe que habita tu alma,
si mantienes esos sueños
que te llenan de esperanza
si los sueños son supremos
tan supremos que caminas
superando desalientos.
Nunca es tarde, nunca es tarde,
me decían los abuelos:
—para conquistar la meta
aunque sufras tus desvelos.
Recalcando: —nunca es tarde,
si tú luchas con empeño
y si labras los caminos
en busca de tus anhelos.
Nunca es tarde, nunca es tarde,
ni para arrepentimientos.
Si lo actuado ha sido malo,
son cobardes los que huyeron
y valientes, si quedaron,
construyendo un mundo nuevo.
¿Puede ser tarde mañana,
si dejo pasar el tiempo?
Será tarde, será tarde,
si esperando yo me quedo
a que llegue un nuevo día
y amanezca inerte y muerto
con pijama de madera
en un sepulcral silencio.