Elthan

Lamentaciones, voces sumergidas de los marginados.

Lamentaciones, voces sumergidas de los marginados.

 

 

En un oscuro castillo de naipes,

donde el humo del olvido se eleva.

De alma maltrecha, cae sangre negra,

se mezcla con el fango de las calles.

 

En el pantano de la indiferencia,

los indigentes luchan sin descanso,

mientras el compacto de cemento alza,

su ruina oscura, un manto negro y vasto.

 

La sociedad vacía sus miradas,

ignorando dolor y sufrimiento,

en ocaso gris, vuelan libélulas,

indignadas sin rumbo, sin aliento.

 

En firmamentos, la desigualdad,

esta escondida una tierra baldía,

el licor y las jeringas mitigan,

son compañeros de melancolía.

 

Con mal amor e incitación les tratan,

como si fueran menos que humanos.

Han olvidado que somos iguales,

que merecen el respeto de hermanos.

 

En el infierno de sus sueños rotos,

luchan por un destello de esperanza,

mientras la sociedad, ciega sin oídos,

niega otra oportunidad, una danza.

 

 

La sombra del pantano les atrapo,

caídos puentes sobre el desamparo,

latigazos en bloques de cemento,

¡Libélulas irradiad el camino!

 

En ocaso de la desesperanza,

vestido el  manto negro, la noche,

pesar sentir vacío frio que avanza

sin un abrigo, divino derroche.

 

En los páramos desolados reptan,

sin esperanza ser, sin prosperar,

el vacío, el dolor persistirán,

un pasado oscuro, sin escapar.

 

En la tierra baldía yacerán,

sin abrazos, risas, sin compañía,

en desconsuelo abandono, se aferran,

un presente sombrío, sin salida.

 

Así, en su tierra yerma y desolada,

perdieron sueños, el alma vacía,

abatimiento y angustia enredada,

lecho eterno, perpetúa agonía.

 

Elthan