Nitsuga Amano

Danza de primavera

Ella mató al invierno con su piel desnuda,

susurrando primaveras en cada poro,

como si susurros ardientes reanimaran

las flores marchitas del corazón que añora.

 

 

Insufló viento vital y devolvió sosiego,

un suspiro de vida en el alma adormecida,

con cada mirada que arde como fuego,

enciende el deseo y alimenta la vida.

 

 

Cuando el sol agonizaba y la sombra se cernía,

nuestros cuerpos se entrelazaban en danza,

iluminando el universo con nuestra alegría,

y desafiando el destino con cada esperanza.

 

 

Un nuevo día emergía para nosotros dos,

en cada amanecer, un pacto de eternidad,

enlazados en un abrazo profundo y veloz,

tejiendo una historia de amor y complicidad.

 

 

El roce de labios y manos, superior a todo,

un beso que despierta fuegos internos,

rompiendo barreras, en un abrazo eterno,

nuestros cuerpos, cómplices de un amor a fondo.

 

 

Desafiando leyes, contra vaticinios,

forjamos un camino sin límites ni barreras,

donde el tiempo se detiene y somos dueños,

de un amor ardiente, sin miedos ni fronteras.

 

 

En la esencia de tus ojos encuentro refugio,

en cada palabra tuya, poesía en ebullición,

y en tus abrazos, el abrigo más seguro,

donde nuestros corazones encuentran unión.

Así, en esta danza de pasión y locura,

nuestro amor florece como flor en primavera.