Y esta noche quiero
sentir el placer de mis
dedos en tu piel, que tu
boca traviesa, disfrute
del sabor de mi piel,
de mi lengua, me
muerdas, que mis
pezones se levanten
al cielo, apuntando al
techo, deseosos de que
estés por comerlos.
Y mis piernas
se cruzarán por el calor
que guardo entre
ellas, que esa llama
se extienda y se encargue
de eliminar mi prenda,
aquella que cubre mi
intimidad, espera
su turno para que, también
te en curves a probar
de aquel manjar.