jorge enrique mantilla

El encierro en su soledad

El encierro en su soledad

 

Los años pasan y la vida que una vez fue alegre, sigue a paso sosegado y lento

La soledad aparece adormecida, como hamaca que mece el viento

Ya ni se acuerda, si es de día o de noche, ni a qué horas se acuesta, ni a que se enfrenta

No sabe si es feliz, solitario o aburrido, o si ríe a solas de soledad o de contento

Como todo un ermitaño en el desierto atroz, con los sudores de su tormento

El encierro entre cuatro paredes, carcome sus entrañas en la soledad de su lánguido aposento

Se esfumó como por encanto, la conversación, los amigos, el café burbujeante y el argumento

No sé si está lleno o revienta de sed, sin el tizón, sin el calor del pabilo encendido y sin el alimento

El aislamiento del encierro, lo arrastra al abandono y al cruel atroz remordimiento

Se le nubla la vista y sólo aprecia su camino oscuro, espinoso y polvoriento

 

La tristeza del encierro hace ver otros horizontes lúgubres, opacos y grises, otras sombras y otras realidades

Llegó el tiempo en que acechan las enfermedades por los años, las canas, las arrugas y el paso que maduraron las edades

Todo se nubla y apareen las sombras en sus temibles y atroces oscuridades

El miedo aparece tembloroso, alejando los familiares y las bellas felicidades

Los queridos amigos se marcharon y sólo dejaron el saludo de sus queridas amistades

El fatídico encierro carcome la vida y aleja el compartir y ver otros paisajes y otras oportunidades

Nadie pregunta por la salud y el bienestar, sino por el dinero, las haciendas y sus propiedades

El encierro, es como un abismo inmenso y oscuro, en sus lánguidas y crueles profundidades

Lentamente se deteriora la vida y aparecen las fatídicas y desesperanzadoras ansiedades

Se acaban las intimidades y el pensamiento vuela hacia el más allá de las eternidades

Se marchita la existencia, se esfuma el ego, el orgullo y las soberbias con sus vanidades

El encierro es como un huracán dormido, que presagia vendavales, truenos, rayos y tempestades

Paraliza el cuerpo y la mente y acrecienta el llanto y las lágrimas al miedo y a las fatalidades

 

El encierro en medio de su soledad, acaba lentamente la naturaleza hermosa y preciosa

Se va paulatinamente extinguiendo la vida, como un hilo de la fuente de agua silenciosa

Se cierran las ventanas y se cierra la vista al horizonte de la tarde alegre y maravillosa

La edad del encierro es tan cruel, que se vive en forma alarmante y espantosa

El tiempo no se detiene y el peso de los años se acumulan y la vida se torna, temblorosa

Se acabó la intimidad de la emoción y las pasiones amorosas

El fatídico encierro, sólo lleva a esperar de Dios, su bendición Todopoderosa

Se espera que llegue lentamente la muerte, asombrosa y con gritos dolorosa

Se le cayeron las alas a la colorida mariposa, que una vez revoleteaba vigorosa

Se fue la vida, que marchitó la edad del encierro, con sus sombras tenebrosas

 

El encierro y la soledad, enfrió el café y sus sabrosos aromas se desvanecieron

La hermosa vecina extraña aquel furtivo enamorado y el romance que una vez tuvieron

Ya no sale ni a la ventana, ni al balcón, sus queridos amores se marcharon y raudos se fueron

Se secó el jardín, que una vez fue florecido y las abejas nunca más volvieron

Los queridos amigos tocaron a la pueta, nadie les abrió y un dolor en el alma con tristeza sintieron

El riachuelo donde iba a pescar, se llenó de peces y de colores saltando se vistieron

La luna llena, llora desconsolada por el encierro de aquel ser y entre las nubes, sus rayos se perdieron

Las aves y pájaros ya no cantan en el solar, porque de ver aquel encierro, volaron y se marcharon

Se encerró para siempre la vida placentera y hermosa y solitario en un aposento nauseabundo y oscuro sus alegrías y risas lo abandonaron

Lo arropó la muerte con su capa negra, entre las sombras de su soledad y en un ataúd su cuerpo apretujado lo incineraron y sus cenizas por el firmamento esparcidas volaron

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga junio 27-2023