habia una vez una niña de ojos llorosos
que no sabia mas que tenia
resulta que vivia en la vuelta de la esquina
un amigo que diario la veia
yo lo vi cuando con ella se reia
con palabras tiernas, de terciopelo
dulces que enternecen hasta el mas rudo
platicaba con la niña de la esquina
se reian,charlaban,con inosencia fina
los dias se multiplicaban sin sentir
pero un dia la niña de la esquina
ya no vio mas a su amigo pasar
solo el recuerdo y las palabras dulces
quedaron para siempre en el alma angelical
gravadas con lagrimas de cristal.