racsonando

¿Quién llega?

¿QUIÉN LLEGA?

Hay historias de niños, y para niños...

De niño me decían que había llegado el hambre a mi pueblo.

Y yo miraba el \"hombre\" que vestía ropas muy blancas,

llevaba un pantalón de lino, de lino y muy fino abril,

corbata muy a la moda como en los cuentos de \"Sapito Saltarín\". 

Es el Célebre perdona vidas, La pobre viejecita,

el mismo Gato bandido y el criado de  don Fermín. 

-Decía mi abuelo- ( ya no dice) y él si era  paladín.

Esta historia está truncada, tu tarea trastocada

y ya mi nota es un \"Rin rin, Renacuajo y su festín\".

Me tocó leer a Pombo  a don Iriarte, a  Samaniego

y a otros tantos fabulistas para mi disfraz de querubín. 

¡Ha llegado el hambre a mi pueblo...!

Y yo miraba al \"hombre\"  de rostro tornasolado,

bigote mal arreglado, sombrero desajustado

y muchas lluvias de abril.

Superman es un enlatado, Batman nos tiene  embobados.

Y si quieres ser abrigado, ingenioso y adinerado,

debes leer Condorito que es el cómic obligado

y de risas nos ha tostado y nuestra cabeza no tiene fin.

-Decía mi abuelo  Pacho,  con su bigote mostacho,

machete muy afamado, sus pantalones bombachos

y  su ruana cuadriculada como si fuera un bergantín.-

Me tocó leer a Machado y su versar obligado,

a Lorca con su legado y a tantos otros poetas de Colombia y otros lados,

que de purga los he dejado pa mi amigo almidonado que me ha tildado e tarado

y que la \"d\" yo no he marcado, que vaya chupe su helado 

y que sufra el desvergonzado como se debe sufrir.

Ha llegado el hambre a mi pueblo, -decía mi abuela Emma-,

con su lustrosa diadema y en sus manos temblorosas una fusta,

una rosa muy espinosa, un dedal de fantasía y muy en serio me decía...

- \"Y vusted no se vaya a reyir\" -

-¡y que de fusta lo habré trinchado!-

¡Que ha llegado el hambre a mi puerta...! Y yo miraba al \"hombre\"....

De tiro se sentó en mi mesa, se nos bebió la cerveza,

acabó con mi remesa.

Me dijo que el tal Machado, que Lorca u otro poeta, 

que ni el mismo Superman, ni Batman con su riqueza me harán sonar la trompeta

y que de hambre me iba a morir.

Don Pombo, don Samaniego y el mismo Tomas Iriarte,

verán mi cara e pendejo y saltando como conejo seré su hazmerreir. 

¿Toca el hambre la mesa y por \"hombre\" la he de sufrir?

Racsonando ando