Avanza, cariño, y toma la flor que quieras,
que todo el jardín son de dichas y penas,
de letras sin sentido y de hermosos poemas,
de dulces recuerdos y luchas eternas
por encontrarnos cuando la luna es llena.
No te angusties si el camino desaparece,
en realidad se confunde con la hierba que crece,
aliviando ecos lejanos de un ayer que perece
y una promesa sagrada cuando amanece.
Has de existir mientras sueñas con los nidos
de aves místicas y diáfanas
mágicas y únicas
esas que vuelan y le dan forma a mis latidos
los pocos que quedan en mi duro andar.
Pero anda niña, toma la flor que tú quieras
que ninguna de ellas te ha de defraudar,
todas algo de mi historia te han de contar
parte de ellas e inicia tu propio cantar.