El retorno de Lilith
Las bestias montesas se encontrarán con los gatos
cervales, y el peludo gritará a su compañero:
Lilith también tendrá allí asiento, y hallará para sí
reposo.
Isaías 34:14
Recoge la flor del jardín que exhala expectación y misterio.
Recoge su mirada, como mujer de neblina y sombra,
despertando la fantasía y la incertidumbre
tan púdica y pudorosa que el aroma de la rosa
es obsceno e insolente para su piel pura
para su mirar de castidad e inocencia
Mujer guerrera, arañando la noche en su batalla y su éxtasis
Escribe en mi cuerpo con tus dedos ingenuos
Los gemidos absueltos para que se conviertan en canto
Que hagan vibrar las cuerdas de la pasión y la entrega
Con el violín de tu espalda desnudo sobre mi pecho
Tu silueta se graba en la memoria de mis palmas
entre rumores y murmullos que desafían el éxtasis
cuando tus labios de seda se convierten en pulpa
que degusta mi alma al desnudarse la piel
con la fina caricia de tu mano en mi rostro
En tu vientre de niña centella el deseo
como trigo florido agitado al viento
cegando mi alma ante la ingenuidad de tu boca
que es juramento y palabra enrojeciendo mis venas
cuando tus ojos de ángel encuentran mi boca
para sellar con un beso la entrega primera.