José Luis Barrientos León

Cinco versos inocentes para mi amada

 

El retorno de Lilith

Las bestias montesas se encontrarán con los gatos

cervales, y el peludo gritará a su compañero:

Lilith también tendrá allí asiento, y hallará para sí

reposo.

Isaías 34:14

 

 

Recoge la flor del jardín que exhala expectación y misterio.

Recoge su mirada, como mujer de neblina y sombra,

despertando la fantasía y la incertidumbre

tan púdica y pudorosa que el aroma de la rosa

es obsceno e insolente para su piel pura

para su mirar de castidad e inocencia

 

Mujer guerrera, arañando la noche en su batalla y su éxtasis

Escribe en mi cuerpo con tus dedos ingenuos

Los gemidos absueltos para que se conviertan en canto

Que hagan vibrar las cuerdas de la pasión y la entrega

Con el violín de tu espalda desnudo sobre mi pecho

 

Tu silueta se graba en la memoria de mis palmas

entre rumores y murmullos que desafían el éxtasis

cuando tus labios de seda se convierten en pulpa

que degusta mi alma al desnudarse la piel

con la fina caricia de tu mano en mi rostro

 

En tu vientre de niña centella el deseo

como trigo florido agitado al viento

cegando mi alma ante la ingenuidad de tu boca

que es juramento y palabra enrojeciendo mis venas

cuando tus ojos de ángel encuentran mi boca

para sellar con un beso la entrega primera.