EHUR OHR

Le pedirĂ­a a Dios...

Dos huérfanos de sentimiento…vagabundos…

caminan por atajos de estrellas,

surcando las tinieblas de la noche…

hasta la postrimería de la aurora,

divagando toda la madrugada,

cosechando enconos en los extensos labrantíos de insomnios.

 

Dos figurantes del tiempo…como nómadas…

recorren con sus pensamientos sus infinitos dilemas…

por los desiertos de incertidumbres…

mirando al cielo de constelaciones intermitentes,

buscando la luna plateada …que los persigue fiel…en su inútil trayecto hacia el olvido.

 

Alguien golpea la puerta de sus emociones…

y por un momento, se le escapa una tímida sonrisa color rosa,

pero siente temor de que sea una farsa…

de que solo sea obra de la imaginación…

la que ha perturbado la sensatez por tantos otoños de indiferencia.

 

Palomas de cristal irrumpen el escenario…aletean en sus ventanales,

son todas mensajeras …

y traen en sus picos frases de amor…ya desusadas:

 

¡Te quiero! ...como quieren las palmeras la brisa del mar que las reanima… y les pone a bailar con la soledad de la arena.

 

¡Te extraño! ...como echa de menos el picaflor los claveles rojos del boyante jardín en primavera.

 

¡Te amo! ...

si tu supieras cuanto te amo…

no permanecerías un segundo más en ese olvido tan lejano,

empacarías tus pasiones y vendrías…a pasar el resto del verano,

y yo, sería feliz de verte regresar,

y le pediría a Dios que extienda tu estadía… por el resto de tu vida....y de la mía.