Deseo con paciencia hablar
de un hombre que yo adoré
alguien a quien pronto alejé
porque no me supo amar.
Y pienso un poco ruborizada
en las trampas que ponía
cuando día por día me decía
que era yo su única amada.
Todo eso bien contrastaba
con la forma en que asumía
las cosas que el presumía
hacerlas a mí me tocaba.
Incluso él no me dejaba
vivir con independencia
y azotaba mi paciencia
diciendo que me quejaba.
Más llegó lo que esperaba:
el fin de quien te lastima
cuando elevé mi autoestima
y dejé al que me maltrataba.
Amelia Suárez Oquendo
17-5-2023