Sabes que los límites
se pierden en el lamento
que nos es ajeno.
Sabes que la inmediatez
es el veneno que hace idónea
la marca del para siempre.
Sabes que renunciar
no es el estilo de los gremios.
Lo definitivo destruye los adoquines
que se van despegando del suelo.
Sabes que el saber puede costar,
pero nada importa cuando se camina
hacia el desfiladero.