¿Para qué me oculto
si de todas formas me encuentra?
Me encontró en la risa
que ya me es lejana y extraña,
en el vino que fue
dulce y amargo a la vez,
en el sueño que fue descanso
y hoy es insondable insomnio;
me oculté en el beso que nunca di
porque su anhelada presencia
fue solo sombra de una sombra
que ya se borra, que ya se olvida.
¿Qué guarida me queda?
Resistir es querer detener el ocaso
que avanza sin tregua
y el verso solo es
una lenta despedida;
la cacofonía del olvido
que es eterno y otra vez eterno.
Solo esos geranios y el gato,
(quietos bajo la luz precisa de esa tarde)
anuncian un eterno y secreto imperio
en el rectángulo solitario del patio
en la casa de mi abuela.