Muriendo la noche como tantas veces
me acoge el desvelo de amar sin remilgos,
despide el ocaso su fiel laberinto
y el cielo se viste del azul celeste.
Es cual paraíso que envuelve silente
la brizna adorable, etéreos misterios,
tan suaves que infunden fragancia y rocío
cuando nace el alba como tantas veces.
Y es sublime el canto del aura inminente
del viento apacible cual soplo imperioso,
se acerca apremiante si augura su entorno
de espliegos, lavandas, jazmines, cipreses.
Adiós a mis noches como tantas veces
guardando el tesoro délfico y supremo
de instantes, arrullos silbando delirios,
mientras la esperanza fluye confidente.
La luna se esconde como tantas veces
hilvanando acordes que emigran bohemios,
mientras la algazara de su sortilegio
reluce en el halo cuando el sol esplende.
En versos se añoran mares que trascienden
la arena encantada de azares, de encuentros,
de sueños osados e ilusos caminos
que escrutan nostalgias como tantas veces.
Aimée Granado Oreña©
Gota de Rocío Azul