Yo siempre vi lo mejor
de lo que pasa en mi vida,
no hice caso de la herida
que me dejaba el dolor;
siempre afronté con valor,
con la pasión desmedida,
que me impulsaba perdida
con más fuerza que el temor;
y encontré tanta alegría
en vencer la decepción,
que seguí esa armonía
que emana del corazón,
mata vana cobardía
y supera la razón...