¡Asesina, sí, asesina!
Eres cruel como un balazo
y más suave que el bagazo
pero tu blandir… ¡fulmina!
Arrogante y tan mezquina
tú golpeas como el mazo
y cortas como un sablazo,
como navaja, o la espina.
¡Qué cuidado hay que tenerte,
si te empeñas en maldades!
Temes mucho a las verdades
y al que intenta detenerte;
pues, con muchas falsedades…
¡Causas tanta y tanta muerte!
¡Y no siempre he de temerte
porque a veces bondadosa
eres suave y amorosa!