¡No sé qué escribes, si ya todo está escrito!
me sermoneas tumbado en el sofá
mientras zozobras en mares de cerveza
y picoteas farlopa sin parar.
¡No sé qué hablas, si ya está todo dicho!
-Yo te respondo sin ganas de cuitar-
mientras tecleo, corrijo y desespero
contra un poema infinito como el mar.
No sé qué hablas, que hablamos, que decimos
si últimamente no hay nada que añadir
somos reclusos en libertad con cargos
sin más derecho que el de sobrevivir.
Cronos y Eros maquinan su sentencia,
somos rehenes del tiempo y del temor
solo nos queda el derecho al pataleo,
la poesía, la música, el valor,
batir las alas y levantar el vuelo
soñar despiertos, vivir contra reloj
porque el jurado ya tiene el veredicto
y no conceden indulto ni perdón
mas yo no voy a rendirme ni a entregarme,
aun sigo vivo, aun creo en el amor
y seguiré guerreando por mis sueños;
la libertad, la justicia y la verdad
esa verdad que pretenden ocultarnos
pero que, al fin, en la historia se impondrá
y no harán falta consignas ni doctrinas
solo constancia y solidaridad.