El verde los ojos refresca
la luz acaba soledades
el sonido de despertares
inicia hasta que amanezca.
Así es el amor que se siente
al que quiere al ausente
sin a la puerta tocarle
sin desearle ni besarle.
Y es que el deseo más puro
es el que se siente lejano
donde el amor es seguro.
No aprende el ser humano
a amar con el corazón
sin acariarle la mano.