Asklepios

Me has prohibido tu aroma

Me has prohibido tu aroma.

Nada sé, corazón, de tu imprudencia

mientras, la soledad, es mi único alimento.

Es mi martirio más grande que los océanos

que navego sin conocer rumbos ni encontrar puerto.

Ya, tan sólo deseo encallar

en el mayor de los olvidos.