Tengo treinta y un motivos de los cuales ninguno se han hecho fácil, y cada año que pasa, es uno más fuerte, uno que se cruza y se entrelaza a los sentimientos, trato de camuflarlos con sonrisas y chistes malos, aunque no sea comediante me burló hasta de mis fracasos.
No se con exactitud cuantas horas son las que he respirado, ni cuantas son las que he dejado de respirar, pues son tantas las dificultades y tan pocos los triunfos. Y aquí continua mi alma vieja, esforzándose en cada reencarnación para mejorar.
¡Si! Aquí va esta alma que en ocasiones quiere renunciar, tirar la toalla, que se cansa en una lucha tan constante, pero que no declina, que va de la mano con el problema, y no se deja vencer tan fácil. Que inhala y exhala para continuar.
Tengo treinta y un motivos, y una única vida, inclinada a sentir, a observar, a sufrir, y a gozar de lo bueno o lo tan bueno, a experimentar tantas cosas hasta el momento de mi retiro o ciertamente al de mi vejez, tengo hasta ahora treinta y un motivos de los cuales no han sido sencillos, pero que son míos, mis grandes motivos.
Henry Ruiz
01 DE JÚLIO 2023
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