EHUR OHR

Existes...

 

 

Sé que existes…

en algún inerte lugar de mi pasado…

donde suelo regresar con mis poemas,

donde colecciono dulces alegrías…y feroces penas.

 

Aún existes…

divagando en mi memoria…como un duende,

surcando los senderos de la soledad,

en algún escondrijo secreto del corazón…

enredada de frenesí…ávida de ilusión,

revestida de una melancolía suprema,

abrumada de esta nostalgia extrema,

como murmullo en mi silencio,

como suspiro fugaz… prendido al alma.

 

Siento que existes todavía…

asida a mis sentidos,

como cimiento de mis pensamientos,

como fragmento de mis sentimientos,

como luz exigua y débil…

pero trascendental albor…de centelleo breve en este letargo agonizante.

 

Sé que existes…

en el fragante perfume de los geranios,

en la dócil caricia de la brisa de septiembre,

en los arreboles de la madrugada,

cuando despiertan los sueños de la alborada,

cuando escucho trinar los jilgueros en mi ventana…

al fervor del sol ardiente …que abriga los agobios…

y aclara las pesadumbres…aún asfixiantes.

 

Existes tú…

en cada canción del baúl de los recuerdos,

en la sinfonía sublime de mis versos,

al borde de cada estrofa de mis delirios,

como un concierto de frases entrañables…

que alivia la pesada carga de mi inmutable insomnio.

 

Así existes …de mil maneras,

de formas triviales y fantásticas…tan ficticia y cierta,

como espejismo y realidad al mismo tiempo,

como entelequia desvanecida…y verdad elocuente…incuestionable,

vestida de sinceridad y a la vez disfrazada de perjurio,

como pecado ineludible y acierto de bondad y clemencia.

 

Existes así…

como dualidad inadmisible,

como desdoblamiento humano de intriga y certeza…

desde la convicción a la confabulación de esos tus lindos ojos…

que miran despiadadamente…pero con un brillo espeluznante que persuade…

que derrite de pasión…con tan solo contemplarlos.

 

Sé que existes …no queda duda…como negarlo,

como podría osar desconocer que sigues latiendo en mi rutina,

sigues siendo parte de mis añoranzas,

eres mi mayor dilema…

la incertidumbre que me mantiene vivo…respirando,

soñando despierto,

regando mi destino con lluvia de esperanzas…

con la confianza de que retoñes algún inesperado momento.

 

Te siento palpitante…frecuentemente en mi interior y en mi entorno…cada instante,

y eso es señal, sin duda, de que aún estás…y que existirás… eternamente.