EN EL TÍMIDO GESTO DE UN ABRAZO
puede estar presente el mundo entero
pendiente de alumbrar un desenlace.
En los trazos redondos de un abrazo
puede estar la vida dibujada,
todos los sueños juntos empujando
la sublime ascensión de lo imposible.
En tan sólo el instante de un abrazo
está toda la historia que nos queda
esperando hacerse lluvia enajenada
que cubra nuestros cuerpos incompletos
con una sola mano de ternura.
En un abrazo, digo, por ejemplo,
en este que trazamos sin pensarlo
está lo inesperado con su hechizo
para volvernos braza incombustible,
vehemencia y asombro, abandono
en el dulce regazo de la noche.