Hay gente tan ingenua que para evitar que sus castillos se destruyan con un movimiento sísmico, toman sus previsiones y los construyen en el aire. (Alejandro Díaz)
Vecino traigo unas quejas
por las faltas de su hijo
para ver si lo aconseja
y le habla de civismo.
Tengo hasta testigos
de sus famosas andanzas,
la familia con quien vivo
se asombra de su prestancia.
Por eso es que he venido
con ánimos de informar;
sé que lo hallé desprevenido
pero tendrá que escuchar.
Ayer tarde mi señora
vio lo nunca imaginado
pues la ayudó sin demora
con las bolsas del mercado.
Mi madre que ya es anciana
iba a la iglesia ayer tarde
y él alegre y de buena gana
le ayudó a pasar la calle.
En estos días mi perra de raza
se escapó por el vecindario,
y él me la trajo a casa
sin hacerme comentarios.
Mi hijo se cayó jugando
y observé con que ternura,
tranquilo lo estaba ayudando
a levantarse con premura.
Y aquel hombre complacido
lanzó un suspiro hondo
y le dijo a su vecino:
¡Por mi hijo, yo respondo!
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